O casi un año desde que no actualizo este blog y bueno hay muchas razones para eso. Empezando porque he leído muy pero muy poco. Y con lo poco que he leído no me he dado el tiempo de hacer reseña del libro que haya terminado.
He comenzado tantos otros llegando tan sólo a la mitad sin ser capaz de terminar porque me demoro tanto en leerlos que pierdo el interés, siendo que los he comenzado con toda la esperanza y las ganas de que esa vez sea la definitiva. Aquella vez que me enamore nuevamente de la lectura y esas ganas incontrolables de tener un libro en mis manos donde sea que vaya.
Más allá de mi bloqueo, se me ha hecho difícil combinar el trabajo con la lectura. Me cuesta mucho llegar a casa y agarrar un libro luego de un día de trabajo, y lo único que quiero hacer es acostarme a dormir. A descansar.
Y de no ser así, está Netflix #Facepalm
Lo peor que pudieron inventar fue el streaming porque de verdad es una perdición. No te das ni cuenta cómo te envuelves en este mundo de series y películas al instante. Para un lector, por lo menos, es sacrilegio cambiar un libro por la televisión, pero es muy difícil batallar cuando estás con bloqueo. El problema es que esperas que viendo cualquier cosa en Netflix en algún momento irán a volver las ganas de leer...
Pues, no.
Lo bueno es que he seguido comprando libros, sigo amando oler las páginas de un libro recién comprado. Sigo queriendo estar leyendo. Sobretodo que los grupos de lectores a los que me he unido en Facebook me han servido para ansiar la lectura un poco más, como antes.
De verdad, espero poder ser capaz de encontrar el equilibrio luego porque extraño demasiado leer con ganas, hasta las tantas de la madrugada.
Haré un compromiso conmigo misma de leer aunque sea un rato antes de dormir, será la única forma en la que vuelva a lo que era antes.
That's it. Camila, out!
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